OFICINA DE MINISTERIO HISPANO
Queridos hermanos y hermanas en Cristo, “No se olviden de practicar la hospitalidad, ya que gracias a ella, algunos, sin saberlo, hospedaron a los ángeles” (Heb 13,2).
Ante estos tiempos de incertidumbre, vienen a nuestras mentes muchas escenas de fieles cristianos, que a través de la historia de Iglesia que, anclados en la verdad y la justicia, fueron testigos incluso hasta el punto de derramar su sangre. El ejemplo de los profetas, los mártires y del mismo Jesucristo que murió y dio la vida en rescate de muchos. A la vez estamos llamados a ser prudentes para poder continuar de pie al lado de los que sufren y están siendo lastimados en su dignidad humana. Queremos que las familias se mantengan unidas, y de no ser el caso, que encuentren en la Iglesia esa familia en quien pueda hallar seguridad y apoyo. El acompañamiento es esencial en estos momentos. Les proponemos las siguientes sugerencias al respecto:
Exhortar a intensificar la oración, una herramienta poderosa. A nivel parroquial momentos de oración como las Horas Santas Eucarísticas, Vigilias, Rosarios y promover más la oración personal, pero sobre todo la oración familiar. Pidamos a la Santísima Virgen de Guadalupe, patrona de las Américas, que interceda por todos los migrantes y sus familias. Que su manto nos cubra y nos proteja, y que nos conceda la paz y la esperanza en medio de las dificultades. Lamentablemente se ha estado creando una cultura de miedo y ante ello como cristianos es necesario responder con paz y confianza en el Señor.
Informar a los feligreses sobre lo que la iglesia ha dicho al respecto hasta ahora, por ejemplo: La Doctrina Social de la Iglesia, leer o divulgar la carta del Papa Francisco y de nuestro obispo Jacques. Es vital buscar información veraz y confiable. Evitemos difundir rumores o noticias sin fundamento que solo generan miedo y confusión. La desinformación puede dividirnos; por ello, acudamos a fuentes oficiales y confiables para conocer la realidad de nuestra situación.
Divulgar a modo privado material que pueda orientarlos para prepararse como familia en caso de algún incidente, especialmente en tener sus documentos como pasaportes y cartas poder listos; si ya comenzaron sus procesos legales tener copia de los procesos de los abogados; los que llevan más de 2 años viviendo en los Estados Unidos, tengan pruebas como recibos de pago, registro en sus parroquias; esto serían algunos aspectos para poder tener un plan en caso de emergencias y fraude que lamentablemente personas sin escrúpulos toman estos momentos para engañar a los que están vulnerables. Es preferible acudir a abogados de Caridades Católicas ya que están formados en los principios de la Enseñanza Católica y la Doctrina Social de la Iglesia.
Proporcionar recursos/talleres de bienestar emocional a los afectados de manera general. Tenemos dentro de nuestras comunidades personas muy preparadas y cualificadas que pueden ayudar a las personas a lidiar con la depresión, ansiedad, inseguridad, miedo o pánico que viven en estos momentos. En el Evangelio de Juan 13:23, Juan “inclinó su cabeza en el pecho de Jesús en la última cena”. Es un gesto de plena confianza, de seguridad en el Maestro, pero a la vez es un gesto de apoyo hacia Cristo, Juan el discípulo amado también amaba desde un corazón afectivo y efectivo. El no abandonó a Cristo ni siquiera ante la Cruz. Narra el evangelio de Juan 19:25 que junto a la Cruz estaban María, María de Cleofás, María Magdalena y Juan. Que Dios nos otorgue estar de pie junto a la cruz con nuestros hermanos y hermanas inmigrantes en este momento de prueba en nuestra historia de salvación.
Unidos en oración,
Equipo Diocesano del Ministerio Hispano
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